La guitarra, ese instrumento melódico y romántico de orígenes imprecisos, que pulsaron gauchos y gitanos, estudiantes y concertistas, fue, tal vez, un invento de los hititas unos 1000 años antes de nuestra era.

Sea como fuere, guitarra deriva del griego kettarah, nombre que se le daba a la cítara a la que se le habría adjuntado un mango.

Sin embargo, la guitarra que hoy conocemos como española no apareció hasta el Medioevo y, según los estudiosos, no habría sido introducida por los moros, sino que se trataría de un derivado de la tradición dejada por los romanos en la península ibérica.

Ahora bién, ¿Cuál es el secreto de una buena guitarra? “El amor y la experiencia que vuelca en su construcción el luthier que la produce.” Fue la respuesta de José Yacopi, un vasco de origen italiano que con su padre recorrió buena parte de Europa perseguidos por las guerras hasta que recalaron para siempre en San Fernando hace medio siglo.

Yacopi, uno de los especialistas más importantes del país es un predicador de que el éxito es el fruto del esfuerzo.

“Aprendí el oficio de mi padre que era italiano, aunque previamente estudié guitarra por música, lo que me convierte en uno de los pocos luthiers que, además, sabe pulsar el instrumento que sale de sus manos.

“Mi vida no solo es larga (cumplió 85 años), sino que también fue movida, y recorrer el mundo me sirvió para acumular experiencia.

“De españa nos corrieron los falangistas ; de Francia, los nazis, pero en esos dos países quedaron guitarras hechas por nosotros ya que, además de dar clases de música, ésa era nuestra forma de vida.

“A los 15 años puse mis manos por primera vez en la madera y sus secretos, y en la década del 50, ya en San Fernando, salía a vender mis guitarras por las casas de música en forma personal.

“Diez años de trabajo solitario, con la única ayuda de Pilar, mi mujer; que daba los toques finales al lustre de los instrumentos, me permitieron tener casa propia, dejar pagas las cuentas de todo un año y viajar seis meses por Europa sin fijarme en gastos. Claro, eran otras épocas...

“En esa década se desato un furor por mis guitarras y el taller se convirtió en una Pyme, que de 1960 a 1995 vendió miles de instrumentos.

“Afortunadamente, mi hijo, Fernando, heredó esta pasión y trabaja conmigo codo a codo, lo que me permite asegurar que las Yacopi seguirán sonando por el mundo.

Clientes de renombre

“¿Clientes famosos? Muchos. Irma Costanzo, Eduardo Falú, Atahualpa Yupanqui, Narciso Yepes, Javier Torres, Eric Clapton, María Luisa Anido y muchos más. Ella, en una oportunidad, me contó que estando con el maestro Adrés Segovia éste no solo elogió una guitarra hecha por mí, sino que tocó en ella.

“Sin embargo, mi principal mercado es Japón, hacia donde van unas 25 guitarras de concierto por año.

“¿Precios? De 250 pesos hasta algo mas de 3000, ya que no todos los ejecutantes precisan guitarras de gran calidad. Sin embargo, en Sotheby's de Londres se remató una Yacopi en 10.000 dolares.”

El secreto

“¿Cuál es el secreto de una buena guitarra? No es solo uno. Desde elegir la madera en los aserraderos en forma personal (pino, abeto, nogal, cedro, jacaranda, ébano, palisandro de la India), estacionarla, todo el tiempo que sea necesario hasta poner manos a la obra es una tarea compleja, cuyo principal secreto es el entusiasmo con el que se hace cada instrumento."

Eduardo Tarnassi