Buenos Aires (Télam) – José Yacopi, uno de los pocos luthiers que trabaja en América, sigue a los 87 años supervisando la calidad de sus guitarras, famosas en el mundo entero, desde su pequeño taller situado en la localidad bonaerense de San Fernando.
“Mucha gente pregunta con temor, ‘pero Yacopi ¿vive?'. Sí, claro que vive”, bromeó este luthier oriundo de España que llegó al país en 1949. Desde entonces, no ha dejado de construir esas guitarras que, entre otros músicos, fueron adquiridas por Eric Clapton, Atahualpa Yupanqui, Cacho Tirao, Jaime Torres, Narciso Yepes, Eduardo Falú y Egberto Gismonti.
“Eric Clapton compró una guitarra Yacopi en Alemania a 7 mil dólares”, recordó tras mencionar que, en España, un coleccionista conserva la primera guitarra que hizo en sociedad con su padre, en 1935.
“Cuesta 30 mil dólares, pero cuando se la quise comprar no me la vendió”, relató Yacopi.
Al arte de la luthería, que se basa en el trabajo artesanal de los instrumentos, es difícil encontrarlo tan intacto frente a la expansión de la fabricación en serie.
Pero desde su pequeño taller, a pocos kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, el desafío de Yacopi está más vivo que nunca y los acordes de sus instrumentos llegan a Japón o Estados Unidos, destinos adonde se exportan las mejores guitarras de este hombre, obsesionado con la calidad de sus productos.
“Acá hay unos pocos luthiers; desde que llegué a la Argentina han muerto la mitad; habrá unos tres o cuatro en el país y otro tanto en América. En Europa es distinto porque allá hay una tradición más fuerte y hay más luthiers”, afirmó.
A Yacopi siempre le preocupó la precisión y calidad, por eso prueba personalmente “absolutamente todas sus guitarras”, contó el hijo del constructor, Fernando.
“Primero son supervisadas por mí, y después por él; a veces se me pasan cosas pero él ve todo, con más capacidad que hace 20 años”, aseguró el hijo, un hombre de 38 años que sigue el camino abierto por este luthier que empezó de la nada junto a su esposa y no se doblegó ante los imperativos del mercado.
“Trabajar con él es bravo, ve una guitarra y con el dedito señala donde hay algo mal. Siempre trabajó con mucha precisión y en forma artesanal, por eso no podemos hacer guitarras en forma masiva, eso es la magia que tiene esto y eso lo creó mi papá”, sostuvo su hijo con orgullo.
José Yacopi llegó a Argentina luego de haber vivido las dos guerras mundiales y la guerra civil española. Huyó primero a Francia con sus padres, empujado por la barbarie franquista, y luego volvió a su país natal, ahora escapando de la furia nazi.
Telam
Nota publicada en el diario LA RIOJA (Argentina) en Junio de 2004 |