| José Yacopi: reconocido internacionalmente, sus obras han dado vuelta al mundo varias veces; figuras famosas han recurrido a él para disponer de sus guitarras. San Fernando cuenta con el privilegio de tener a un ciudadano ilustre que se destaca por los sonidos que obtiene de la madera. José Yacopi, no es músico, sino el, que colabora en el éxito de Eric Clapton, la familia Falú o el fallecido Hugo del Carril, entre otros.
Yacopi es luthier (constructor) de guitarras y desde su juventud se dedica a este oficio que heredó de su padre. Nació en España y vino a Buenos Aires en su juventud: “En ese entonces, San Fernando era una zona. rural; cada casa tenía su gallinero y todavía existían los coches fúnebres tirados por caballos”, recuerda.
Clientes exigentes
Yacopi se siente satisfecho si sabe que sus clientes quedan contentos con su trabajo. La realización debería ser plena teniendo en cuenta que desde hace 25 años en Japón compran fielmente sus guitarras. “Ellos me ayudaron a perfeccionarme; son sumamente exigentes y obligan a que el producto sea de primera calidad”. explicó.
Yacopi es el proveedor ideal para ese país, ya que no hay detalle que se le escape. Cada pieza que termina en una obra de arte y así lo siente, pese a su gran humildad.
Hace unos días, un nuevo cliente quedó tan maravillado con la adquisición que lo llamo esa misma jornada por teléfono y Yacopi pensó que era para quejarse o algo por el estilo. Nada menos acertado: quedó tan satisfechos que se lo quiso transmitir. Muy pronto le encargó otra y, con mucho humor, el luthier confesó: “Este muchacho se dio cuenta de que dentro de no mucho me voy a dedicar a fabricar arpas. Si hago bien las guitarras aquí, en el cielo tendré un oficio similar.” Con esto hizo referencia a sus 78 años, que se notan sólo en su experiencia.
Es evidente el reconocimiento mundial. Un muchacho australiano, que estuvo de visita en su casa el verano último, le contó que en una subasta londinense se vendio un Yacopi de 1950 a 10.000 dólares. Las guitarras rondan los 1500 o 2000 pesos. Lamentablemente, el precio es muy bajo si se tiene en cuenta la calidad del instrumento. En Japón, sus guitarras no bajan de los 5000 dólares, pero Yacopi prefiere mantener sus precios.
Perseverancia y honestidad
“¿Por que será que se destaca el que hace las cosas bien?”, se pregunta Yacopi en diálogo con LA NACIÓN. Considera que es raro que se sostenga la calidad con el tiempo y que él se basa en la perseverancia el trabajo y la honestidad. No está de acuerdo con la soberbia y el orgullo, ya que terminan perjudicando el trabajo final.
El secreto de sus magníficas guitarras está en la suprema calidad del material con el que las elabora y, obviamente, en su experiencia. Es un apasionado de su trabajo y realiza absolutamente todo. Compra la madera virgen, a la que estaciona no menos de un año en su jardín, y en algunos casos la importa, porque no se consigue en nuestro país, como en el caso del jacarandá de la India o Brasil, el pino abeto de Alaska y el ébano de la India.
Todos los procesos posteriores -desde cortar las piezas, pasando por deshumedecer la madera en cámaras especiales, hasta el barniz y la decoración final- los realiza Yacopi con amor y dedicación. Humildemente, asegura que esta actividad no es privativa en absoluto, todos la pueden desarrollar. La diferencia que no considera es la madera, pero no la de las guitarras, sino la madera de un apasionado como él, que goza haciendo disfrutar a los demás con sus maravillosos instrumentos.
María Victoria Aulet
Nota publicada en el diario LA NACION (Argentina) el 15/4/1995, Pag. 8 |
